miércoles, 1 de junio de 2011

Carta Abierta a Marco Simoncelli

Querido Marco (y lo de querido es un decir), con tanta palabrería sobre tu acción (llamémoslo así) sobre Dani te has ganado un protagonismo que, sinceramente, no te mereces. Y vuelta a hablar de deporte de contacto. Pues no, contacto el justo, por favor, que queremos espectáculo y, para eso, lo mejor es teneros a todos en pista y no que el piloto al que cerraste la trayectoria provocándole una caída y una fractura de clavícula y la enésima operación. La segunda de la temporada.

Hablamos de deporte de riesgo, si quieres. No hace falta explicar a qué os arriesgáis subiéndoos a una moto de 800cc y poniéndola a 300km/h. lo recordamos, lamentablemente. Quizá por eso sería exigible una cierta responsabilidad en los actos que lleváis a cabo y, como esto va dirigido a ti, hablaré en singular a partir de este momento. Esa responsabilidad la eludiste diciendo que tú no habías hecho nada (como tantas otras veces ¿recuerdas cuando dijiste que Barberá y Bautista eran unas niñas por quejarse de tu pilotaje agresivo?) y sólo cuando le has visto las orejas al lobo o, mejor dicho, a la afición que llenará las gradas del Circuit de Cataluña este fin de semana, has expresado algo similar a la disculpa. Tarde, querido Sic. Tarde porque la sanción que te impusieron en Le Mans fue una minucia comparado con las consecuencias de lo que hiciste. Tarde porque Dani no se ha recuperado a tiempo a pesar de la operación y del esfuerzo al que ha sometido a su maltrecha clavícula. Tarde porque no va a poder correr la carrera de su casa. Imagina por un momento que no pudieras correr en Misano, tan cerca de tu casa que toda tu familia y todos tus amigos van a verte. Donde las banderas ondean por ti y las gradas corean tu nombre. Imagina por un momento que, por culpa de otro piloto, te caes y te lesionas y, a pesar de todos los esfuerzos, no llegas. Triste, ¿verdad? Triste por ti y por la afición. Triste por los fans que van casi exclusivamente para verte y jalearte dejándose la voz.
Y aún así tú tienes que ser la víctima. Claro. Los españoles somos mala afición, tanto que, según prensa italiana, te hemos mandado amenazas. Porque que te quejes de insulto me parece penoso. Da la casualidad de que sí, podemos faltarte al respeto con palabras que pueden doler más o menos incluso puedes hacerlas oídos sordos. La lástima es que quienes se enfrentan a ti en el asfalto no pueden hacer como que no estás. No pueden por una simple y llana razón, malas artes, querido Marco. Que lo de cruzar la moto se te da muy bien. Y puede ser divertido eso de ir derrapando o cruzando la moto. Puede ser divertido probar otras trazadas. Pero, por favor, la próxima vez, asegúrate de que no tienes a otro cerca, por lo que pueda pasar. Que luego nos molestan los Ride Trough, ¿verdad?
Una pregunta que se me viene a la mente ahora, y si en vez de Dani, te hubieras encontrado a Lorenzo en esa curva ¿habrías hecho lo mismo? ¿Y si hubiera sido Valentino? Simple curiosidad… Hay una cosa que tengo clara, en el cuerpo a cuerpo, tú tienes las de ganar, sólo hay que ver cómo sobresales por cada lado de la moto. Quizá fuera mala suerte que fueras a toparte con el piloto más pequeño, ligero y frágil (aunque sólo en lo que a lesiones se refiere) de la parrilla. Quizá. Lo que sí es seguro es que Dani se perderá su carrera y quién sabe cuantas más. Un segundo cero en cinco carreras. Y tú, Marco, a seguir sumando puntos y haciéndote hueco en HRC. En esto es como con los niños, una buena sanción a tiempo (tal vez) nos habría ahorrado disgustos.

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