domingo, 23 de octubre de 2011

Ciao, Marco. #58


Hipocresía fuera. Hoy voy a habla con el corazón más en la mano que nunca. Y perdón por adelantando si a alguien le sientan mal mis palabras. Te has ido. Tú también. Cuando, hace algo más de un año, Tomi falleció en circunstancias muy similares a las tuyas, pedí, recé, para no tener que vivir algo similar nunca. Y hoy ha pasado. Ha sido un accidente. Ni cuestiones de seguridad ni culpabilidades. Un desgraciado accidente, nada más.
Todos conocemos los riesgos de este deporte y los asumimos, pero jamás asimilaré que esto puede pasar. Puedo entender, asimilar, que os partáis una pierna, que os operen infinidad de veces, incluso podría asimilar que no pudierais volver a correr. Pero estarías vivo, joder.
Mentiría si dijera que me caías bien. También si dijera que te apoyaba o animaba de cualquier manera. No lo hacía. No me caías ni medio bien y más de una vez he despotricado contra ti y te he criticado, a ti, tu forma de pilotaje, tus maneras… Hoy cada una de esas palabras se me clava en el alma y me duelen. Me duele que te hayas ido. Una cosa no quita la otra.
Eras un piloto agresivo, demasiado muchas veces. Has tenido tus roces dentro y fuera de la pista y, más de una vez, con mis pilotos preferidos, te labraste una mala reputación en mi cabeza. Pero, como digo una cosa, digo otra, las pocas ocasiones que tuve el placer de compartir contigo unos segundos, te portaste genial. Hoy dudo seriamente que pueda volver a mirar esa foto de la gala de campeones de 2008.
Le diste, supongo, vida a este campeonato de MotoGP, le dabas emoción, a pesar de todo. Adelantabas por sitios donde no se podía con todas las consecuencias. Hoy no importa si tiraste a tal o a cual ni si, por tus acciones, algunos se lesionaron o se perdieron carreras. Hoy no podemos pensar en eso, sólo en que te has marchado y que no volveremos a verte hacer esto nunca más, aunque nos habría gustado a todos que no fuera así.
Pocas cosas se me han venido tan rápido a la cabeza como la idea de que tu pelo, tu seña de identidad, ha sido, en parte, tu verdugo. Tal vez, nunca sabremos qué habría pasado, de haber llevado un casco “de tu talla” no habría salido despedido, quién sabe.
El mismo circuito que te vio coronarte campeón del mundo hace tres años te ha visto hoy perder la vida. Y te la dejaste ahí, en el asfalto, luchando por seguir adelante, por no irte al suelo, por levantar la moto y continuar la carrera.
Hoy te lloramos. Te lloran tus fans, tu familia. Tus detractores te lloramos. He leído en twitter que sabes de verdad que eres un aficionado / apasionado del motociclismo cuando una pérdida como la de hoy te duele como si fuera un familiar tuyo. Y, a pesar de todo, de todo lo que he dicho al principio de esta entrada, yo te lloro y me duele que ya no vayas a estar más con nosotros.
No sé muy bien si no puedo o no quiero creérmelo. Me gustaría que todo esto fuera una horrenda pesadilla. Que mañana volviera a sonar el despertador a las siete menos cuarto, ponerme un café y sentarme frente al televisor a ver cómo Nico intenta sentenciar el Mundial y cómo Bradl hace lo mismo. Y luego verte luchando en la carrera de MotoGP hasta el final, hasta la bandera a cuadros.
Creo que lo peor de todo será ir en dos semanas a Valencia y descubrir que, de verdad, no estás ni estarás nunca más. Porque te has ido haciendo lo que más te gustaba, correr en moto. Y quiero pensar que allá arriba, Tomi, Kato, tú y otros tantos que nos han dejado os habéis montado un circuito y seguís trazando curvas.
Ciao Marco. Riposa in pace.


Imagen vía Tumblr (no es mía)

No hay comentarios:

Publicar un comentario