Una serpiente multicolor. Eso ha sido hoy la carrera de MotoGP en Cataluña. Una fila india con pocos adelantamientos y todos en el grupo que luchaba entre la novena y la duodécima plaza. Muy aburrida. Me sorprende leer opiniones que afirman que esto es culpa de quienes “controlan” los adelantamientos, que sancionan aquellos que van al límite del reglamento o que parecen demasiado arriesgados.
Hoy todos los pilotos de la categoría reina, a excepción de ese grupito de cuatro que he citado antes, distaban entre ellos alrededor de un segundo. Los tiempos ni se acercaban a los de ayer de la pole y la bandera blanca ha aparecido antes de la mitad de la carrera, cuando aún ni chispeaba. Pero el radar meteorológico decía que en Granollers estaba descargando con ganas y ya se sabe, más vale prevenir, que curar. Así, cualquiera se arriesga a adelantar. Asustados o no por las complicadas condiciones de la carrera, lo cierto es que casi nadie, de los de delante, se ha atrevido a meterle rueda al que llevaba delante. Afirmaban los locutores de TVE cuando Simoncelli se acercaba a Valentino que no iba a intentar adelantarle porque es su amigo. Discrepo, lo habría intentado de haber podido.
En 125 hemos visto un final de esos que no gustan: Zarco apoyándose, literalmente, con el codo en Terol y sacándole al verde en plena recta. Él piensa que los veinte segundos de sanción que le han metido son injustos y leo opiniones (ojo, respeto totalmente la libertad de expresión y opinión) que afirman que se le ha sancionado porque Terol es español y Dorna (empresa que gestiona los derechos del mundial y que, por tanto, no tiene voz ni voto en cuanto a sanciones se refiere) también lo es. Me gustaría saber qué opinaría toda esa gente si en lugar de Zarco hubiera sido Simoncelli el autor de la acción o si, en lugar de Terol, el damnificado hubiera sido su piloto preferido. Sinceramente, en mi opinión, la sanción (equivalente al tiempo que se tarda en hacer un Ride Trough) es correcta si tenemos en cuenta que “la misma sanción” fue impuesta a Simoncelli por una acción similar hace dos semanas en Le Mans. Tal vez en dirección de carrera se estén poniendo las pilas y empiecen a castigar acciones que resultan peligrosas y ponen en riesgo la integridad física de los pilotos.
Todos sabemos que se juegan el pellejo al subirse a la moto y ponerla a más de 200km/h o 300km/h. No hay más que ver las feas caídas que hemos podido presenciar en la carrera de Moto2. Primero han sido Luthi y Takahashi quienes, por suerte, están perfectamente. Y después ha venido la volada de Julián Simón a quien Sufouglu ha tocado (dudo de si hubo o no intencionalidad) provocando la caída de los dos. Desconozco el estado del turco pero Julián ha salido de Montmeló con la tibia y el peroné rotos.
Estos últimos días desde la carrera de Francia he estado pensando en lo delgada que es la línea que separa los lances de carrera de las maniobras de riesgo. Ese “límite” que mencionamos cuando nos referimos a determinadas acciones. ¿Qué es un lance de carrera? ¿Qué tiene que tener una acción para considerarse ilegal? ¿Cómo tiene que ser? Son preguntas que no puedo responder pero que, sin duda, al verlas, sé distinguir. No creo necesario que alguien se haga daño para que se sancione una determinada acción, basta con ver el riesgo que conlleva. Si hoy la mala suerte o, quizá, la manera de reaccionar de Terol ante la acción de Zarco, se hubiera llevado al español al suelo en plena recta y a la velocidad que iba, hubiéramos visto imágenes tan escalofriantes como las de la caída de Morales en ese mismo lugar en el Gran Premio de 2010. Nico podría haberse hecho muchísimo daño si hubiera gestionado la situación de otra manera o la suerte no hubiera estado de su lado. Si tenemos esto último en cuenta, la sanción a Zarco no parece tan injusta ¿no?
Dudo que las sanciones se impongan por españolismo o fanatismo. No creo que a Simoncelli le sancionaran en Le Mans porque el damnificado fue Dani ni que Zarco haya corrido la misma suerte que el italiano porque el que salía mal parado era Terol. Sinceramente, creo que ya iba siendo hora de que se pusieran las pilas con el tema “riesgos” y que empezaran a sancionar estas acciones que, con un poco de suerte, se quedan en nada pero, sin la fortuna o el saber hacer de su lado, resultan peligrosas y muy dañinas para la salud y los cuerpos de estos seres humanos que, a pesar de la leyenda, no son de otra pasta (aunque a veces lo parezca).
Imágenes del incidente Sufouglu-Simón
Imágenes del incidente Zarco-Terol
Imágenes del incidente Takahashi-Luthi
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